El ciclo de vida del producto es el
periodo de tiempo que transcurre desde el lanzamiento del producto al mercado
hasta su retirada. Durante ese periodo el producto pasa por diversas fases en
relación con las tasas de crecimiento de su demanda
Etapa de introducción. Cuando un producto o
servicio aparece por primera vez en el mercado suele tener un arranque lento en
las ventas, mientras se da a conocer y encuentra a sus consumidores. A la
inversión para su desarrollo y producción, deben adicionarse los recursos para
posicionarlo en el mercado y sostener los primeros tiempos, hasta que se
alcance la rentabilidad.
Etapa de crecimiento. Si el producto tiene
aceptación en el mercado, responde a una necesidad y logra vencer las barreras
iniciales, se pasa a una etapa de crecimiento en el que las ventas se
multiplican y la rentabilidad comienza a hacerse visible. La inversión se debe
enfocar en aprovechar al máximo el crecimiento, respondiendo a la demanda.
Etapa
de madurez (o estancamiento). Cuando
un producto alcanza su apogeo, las ventas dejan de crecer y, aunque pueden
mantenerse elevadas por períodos extensos, comienza a perfilarse la saturación
del mercado y probable caída futura. La rentabilidad suele ser la más alta, ya
que el producto tiene amplio conocimiento y aceptación, sin que deban
realizarse esfuerzos adicionales para su venta. El foco debe estar puesto en
extender esta situación e invertir en nuevos desarrollos, para anticiparse al
descenso de las ventas.

Es importante detenerse a evaluar en qué
etapa del ciclo de vida se encuentra cada uno de los productos o servicios de
la empresa, para poder planificar las acciones que permitan impulsarlos,
adecuarlos, reemplazarlos o discontinuarlos.
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